¿Hay remedio todavía?

Hoy estoy dándole vueltas al tema del chaval de 14 años que se ha suicidado en Hondarribia (Fuenterrabía). Me enteré ayer leyendo la prensa, hoy lo han sacado a debate en un programa de tarde de la EITB, en uno de esos de refritos, que lo mismo hablan de la prensa del corazón, como del discurso del Lehendakari, y hoy le ha tocado a este tema. Por un lado me ha dado pena, porque es un problema al que le han dado mucho morbo, al tratarlo informativamente de esta manera. Se asemeja a la muerte de la Reina de Corazones: ¿por qué se ha muerto? ¿con quién estaba? ¿qué hacían sus amigos? ¿qué es lo que ha sufrido últimamente?.... en fin. Ponedle la cara que queráis a estas preguntas.
Soy maestro y doy clases a alumnos de su misma edad y me siento muy sensibilizado, conmovido y al mismo tiempo enfadado por todo lo que se revuelve. No pretendo quitar hierro ni defender a mi gremio de profesores, creo que debemos ser responsables de nuestros fallos y asumir los riesgos de nuestras actuaciones.
Sin embargo, me planteo que:
- parece que ahora todo el mundo sabía lo que ocurría,
- las familias de los alumnos implicados dicen, como si ellos mismos fueran adolescentes, que ellos solos no han sido,
- los profesores parecen unos canallas desalmados que han permitido burlas y palizas,
- ¿no ha habido ningún amigo de Jokin al que haya podido recurrir?,
- hoy se afirma que hay una nueva vuelta de tuerca protagonizada por una profesora
- esa paliza que le dieron hace pocos días, ¿nadie ha sido capaz de detectar este hecho?
- ¿dónde vivimos? y ¿cómo vivimos?
Pienso que hay muchas actuaciones de los jóvenes, estas de bromas que dicen:
- ¡pero si no hecho nada!
- estábamos jugando, era una broma,
- bueno, tampoco es para tanto,
- sólo le he llamado….
Que van creciendo poco a poco y acaban mal, no todas como Jokin, pero estamos llegando a situaciones como de videojuego, que luego podemos volver al principio para seguir jugando. Da la casualidad que la vida es real y no hay vuelta atrás.
Los profesores puede ser que se dieran cuenta de lo que ocurría, pero lo mismo que las familias de los alumnos implicados y de la propia familia del alumno. Todo ha sido silencio hasta que ha ocurrido la desgracia. Es una pena.
A pesar de todo debemos pensar y reflexionar, sin tensar más que ya hay bastante en los medios.
Apunto dos aspectos para reflexionar:
No sé si os acordáis de una película de 1996 titulada Sleepers. Me gustó mucho cuando la vi. Por si queréis recordarla leed el argumento.
Otro es la opinión de un filósofo al cual tengo un gran respeto: José Antonio Marina. Ha apoyado un manifiesto del maestro. Lo podéis recoger en una noticia de ABC y en otra página del Ministerio de Educación.