Match Point

Creo que todo el mundo sabe que Woody Allen ha estrenado película entre nosotros, el fin de semana pasado sin ir más lejos. Fui a verla el mismo viernes 4, después de haber escuchado una crítica en la radio, que, sin dar muchas pistas de la historia, aconsejaba ir a verla.
Yo también creo que debéis ir a verla. Es una película que te gusta más después de haberla visto, y que la volveré a ver cuando la tengan en los video clubs. Los elementos de la historia son sencillos: un profesor de tenis que empieza a dar clases a un "hijo de papá", que tiene una hermana de la cual se enamora el profesor. A su vez este alumno"hijo de papá" tiene una novia (Scarlett Johansson) a la cual tira "los tejos" el tenista . El "hijo de papá" y la novia lo dejan. El profe de tenis se casa con la chica de mucha pasta, consigue puesto en la empresa de "papá", alcanza un nivel, o status, de vida despilfarrador. Y situado en esa azotea se reencuentra con la antigua novia de su ahora cuñado. Se forma un triángulo amoroso abrasador. No sigo porque prefiero que descubráis el final. Leed este artículo que tiene una buena crítica de la película:http://www.noticias.com/articulo/04-11-2005/martin-pawley/match-point-4n58.html

Durante toda la película anda rondando un tema que últimamente me está llevando más "post". Tiene que ver con la rutina diaria de nuestra vida, con la suerte que nos depara el destino, con las elecciones de caminos que hacemos, también con la felicidad.
La anécdota de la historia que cuenta Woody Allen, se refiere a ese momento fatídico de un partido de tenis en el que la pelota rebota en la red, queda por unos segundos suspendida en el aire para volver a caer. Si cae en tu propio campo o en el contrario es un punto ganado porque ya no da tiempo a reaccionar, es una suerte que caiga en campo contrario. El azar, la suerte, la felicidad, lo que quiero ser en la vida, lo que me dejan que sea, lo que no quisiera perder, todo esto es el leit motiv de un Woody Allen, director, que no quiere hacer "gracia", pero sí que pensemos y le demos varias vueltas a nuestris propios planteamientos vitales.

¡Ah! y no os perdáis la música. En esta historia Allen recurre a viejas grabaciones de ópera que remarcan el dramatismo de los pasajes más trascendentales